domingo, 27 de marzo de 2011

LA FELICIDAD ES COMO UN LEÓN INSACIABLE


Las ciudades africanas son completamente distintas a lo que aquí estamos acostumbrados. Los edificios no suelen superar los dos pisos de altura y los hogares suelen ser muy pequeños y con espacios reducidos en los que las familias enteras casi no caben. Por eso cada mañana la gente sale a la calle, su verdadero hogar.
Si tienes el privilegio de estar en alguna de estas maravillosas ciudades, podrás disfrutar viendo como niños de tan solo 4 ó 5 añitos corren y juegan por los callejones, mientras sus mamás venden frutas en los mercados. Tendrás la suerte de pasear entre las estrechas callejuelas, entre burros cargados de sacos, gatos callejeros y comerciantes ofreciéndote sus productos artesanales.
A diferencia de las grandes ciudades occidentales, la gente africana transmite confianza y si en algún momento necesitas ayuda, hasta un niño se ofrecerá para mostrarte el camino a cambio de tan solo un trozo de pan.